Como el cielo vacío, carece de límites, pero está en su lugar, siempre profundo y claro.
Cuando tratas de conocerlo, no puedes verlo.
No puedes agarrarlo, pero no puedes perderlo. Al no poderlo tomar, lo tomas. Cuando callas, habla; cuando hablas, calla.
Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.
Mi risa es mi espada, y mi alegría mi escudo.
Un viaje de mil millas empieza con un solo paso.
Para que pueda surgir lo posible, es preciso intentar una y otra vez lo imposible.
El Futuro es solo una conversación que tenemos hoy en el presente.
Nadie puede quitarnos el respeto personal si no se lo entregamos.
Las grandes almas son como las nubes: recogen para verter.
No todo resbalón significa una caída.
La esperanza es el sueño del hombre despierto.
La paciencia comienza con lágrimas y, al fin, sonríe.
No se trata de cómo desarrollar el sentido del humor sino, simplemente, de eliminar las barreras: el humor ya está allí.
Cada fracaso supone un capítulo más en la historia de nuestra vida y una lección que nos ayuda a crecer.
No te dejes desanimar por los fracasos. Aprende de ellos, y sigue adelante.
La cuestión más urgente de la vida es: ¿Qué vas a hacer por los demás?.
Nadie es libre si no es dueño de sí mismo.
El que busca ser amado, respetado y comprendido, antes debe sembrar paz, bondad, amor y compasión.
Descubrir es ver lo que todo el mundo ha visto y pensar de ello lo que nadie ha pensado.
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